Identidad con alma mediterránea y cantábrica al mismo tiempo
Para este restaurante costero, creamos un imagotipo donde las «C» concéntricas -geometría perfecta inspirada en caracolas – dialogan con una tipografía manuscrita de trazo cálido. La paleta (amarillo vibrante, gris sofisticado) captura atardeceres sobre el mar y servicio gourmet.
Un caso donde cada elemento comunica armonía, demostrando que el branding gastronómico debe saborearse con los ojos antes que con el paladar. Porque el buen branding gastronómico, como el arroz perfecto, necesita tiempo, oficio y mucho amor al detalle.